-La nieve estaba muy fría, no debería haber jugado con ella. -Dijo Victoria, tiritando.
Álvaro la abrazó, cogió una bocanada de aire muy grande muy grande, la apartó a ella de su pecho, le agarró las manos y dejó escapar su aliento, esperando que a Vic se le quitase el frío del cuerpo.
Pero ella no sintió nada, las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, tenía tanto, tanto frío, que hasta su pelo parecía tener escarcha, y sus ojos miraban sin ganas, como cuando un enorme bloque de hielo pasa por el océano.
-Vamos cielo, no llores por favor, nunca dejaría que te congelases, eres mi desayuno favorito, venga cariño, deja de tiritar ya. ¿Recuerdas aquella tarde con las mantas comiendo el pastel que hice? Sabía horrible, pero tú, tú y tus caricias hicisteis que supiera dulce y delicioso, aquel calor era todo un incendio que provocamos sin darnos cuenta, un incendio de pasión, vamos, intenta sentirla ahora, te lo suplico.
-Pero, es que, es que no lo entiendes Álvaro.
Él la abrazó con más fuerza aun, después se separó de ella, y le secó las lágrimas, buscando una sonrisa.
-Mi amor, es que creo que el frío me ha calado hasta el corazón, y con éste congelado, no sé qué demonios voy a hacer ahora, porque por más que te busco entre todos mis órganos, no... no te encuentro, y tengo miedo y frío, mucho frío.
lunes, 4 de enero de 2010
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Me encanta que se llame como yo, lástima que yo no séa el que es muere. :)
ResponderEliminarJo, que pena.. pero qu bonito!
ResponderEliminarMe ha gustado. Graicas por pasar! (:
esto suena a despedida....
ResponderEliminarEl frío se pasa, siempre se pasa.
ResponderEliminarCongela las cosas de dentro, si, a veces por más o menos tiempo pero si le echas ganas, pueden descongelarse, no?
Ha sido tan dulce como aquel pastel =)
Me ha encantado. Espero que a Vic se le pase el frio pronto, la verdad.
ResponderEliminarMe ha enamorado la frase: "eres mi desayuno favorito".
Besoos
voy a por un anorack, me ha entrado un frío de muerte..
ResponderEliminary eso que a mí el frío me encanta...
ResponderEliminarEl frío mata. Adormece los sentidos. Te quedas como absorto mirando una escena en la que tu ya no estás aunque te mires. Lo se, porque hace unos años, permanecí, por circunstancias, a 25 grados bajo cero durante algo mas de tiempo del meramente deseable. Tardé días en volver a ser yo. El frío y la nieve me parecen mucho menos románticas desde entonces.
ResponderEliminarBonito.